En el fútbol,
un autogol, gol en contra o gol en propia meta es
un gol en el que un jugador introduce la pelota en
la portería de su propio equipo, ya sea voluntaria o accidentalmente.
Este gol se acredita al equipo contrario como un tanto a su favor.
El autogol
generalmente ocurre debido a errores de la defensa al tratar de
despejar tiros hacia el arco por parte del equipo atacante. En general, el gol
es atribuido al jugador del equipo que se interpuso en la jugada y provocó la
anotación, siempre y cuando el balón no llevara destino de gol. En caso de que
el jugador del equipo defensor interfiriese la trayectoria del balón de manera
accidental y que no altere el curso de la jugada (por ejemplo, al rozar o
rebotar), es atribuido al último jugador atacante en tocar el balón, debido a
que el remate habría terminado en gol sin importar la intervención del
defensor.
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